18.7.06

VERconTIGO

En el edificio torre Mirasol habìa quince pisos.
En el bajo vivìa el que hasta no hace mucho tiempo habìa sido el portero, pero que con la llegada de los porteros automàticos se habìa quedado sin trabajo.
En el primer piso vivìa una senhora que se habìa comprado ese piso porque el vèrtigo le impedìa vivir en el segundo.
En el segundo vivìa otra senhora que teniendo tambièn bastante vèrtigo cuando quiso comprar el primero ya se le habìa adelantado la que luego iba a ser su vecina de abajo.
En el tercer piso no habìa nadie con vèrtigo y menos mal porque un tercero ya es una altura considerable. En este piso vivìan algunas aranhas, tres o cuatro moscas y un càctus que se habìa olvidado el ùltimo inquilino que habìa residido en ese apartamento.
Cuarto piso: Aquì vivìa un senhor que tambièn tenìa vèrtigo a las alturas pero como era bastante olvidadizo casi nunca se acordaba.
En el quinto, no habìa nadie porque no habìa piso. Suena raro pero es asì. El arquitecto que proyectò el edificio Torre Mirasol se olvidò del quinto, por lo tanto el ascensor pasaba del cuarto al sexto.
En el sexto................. bueno en el sexto vivìa yo hasta no hace mucho.
Ahora vivo en el quinto, o lo que es lo mismo, ya no vivo en el edificio Torre Mirasol.
Del sèptimo al dècimoquinto piso vive mucha gente, ninguno con vèrtigo.
Ah bueno, y luego està el piso dècimosexto.
Al piso dieciseis le pasa lo mismo que al cinco, que el arquitecto se olvido de proyectarlo.
Como ya eran muchos olvidos despidieron al arquitecto y en lugar del ùltimo piso pusieron el tejado.

15.7.06

Cacahuetes, pipas, caramelos

El Lord celebraba su nonagèsimo cumpleanhos y ademàs dada su avanzada edad con la fiesta aniversario se celebraba una especie de traspaso de poderes hacia su hijo primogènito que en los ambientes chic de la sociedad era conocido como "el lorito".
La fiesta habìa sido preparada con gran cuidado. En su enorme mansiòn habìan estado trabajando durante los ùltimos quince dìas para que no faltara detalle. En los jardines en los que se iba a celebrar el banquete-fiesta se habìan dispuesto buffets con las mejores viandas de los tres cocineros màs famosos del reino, y para los jovenes habìan hecho traer al cantante màs de moda en la escena musical del momento. Para culminar toda fiesta de èlite que se precie, hasta habìan traido dos elefantes indios sobre los que lord y lorito habrìan realizado el emotivo pasaje de poderes.
La fiesta fue todo un èxito. Los invitados, venidos expresamente desde todos los lugares de la naciòn para celebrar al Lord y a su hijo fueron agasajados con uno de los mejores banquetes que se recuerdan y el concierto de la estrella musical se puede calificar como el mejor que realizò en mucho tiempo. Tras el baile llegò el momento estelar de la noche.
Los quinientos mil watios de luces se apagaron y solamente quedò iluminada una calle principal del jardìn por la que padre e hijo deberìan llegar sobre sus elefantes para encontrarse en el centro y realizar el tan esperado acto.
Pero una cosa fallò. Uno de los elefantes, al que habìan olvidado dar de comer se precipitò hacia las mesas del buffet en las que habìa unos cacahuetes suculentos, creando el caos entre los invitados.
Y ahora me direis:- Pues vaya banquete suculento si habian puesto cacahuetes!
Pues la verdad es que si , pero desde luego al elefante le debieron parecer mismamente los cacahuetes que comìa en la India antes de que lo cazasen y lo llevasen a Londres.
El caso es que se preparò la de San Uberto. Mesas por aquì, invitados por allà, cacahuetes aspirados por la trompa del elefante, la trompa de uno de los Mùsicos saliò volando y uno que estaba trompa empezò a quitarle los cacahuetes al elefante, y claro en ese momento la de San Uberto se quedò pequenha y se preparò la de San Cosme y San Damiàn. Y trompas por aquì y Loritos por allà hasta que alguien dijo: Quieto todo el mundo!!!
- Hay un mòvil que està sonando.
-Es el mio -dijo el elefante.
Y mientras con una pata sujetaba al trompa que le robaba los cacahuetes y con la trompa cogìa los cacahuetes que no le habìa robado el trompa, con la pata cogiò el mòvil: -Si,.........si........vale.......vale..... venga, adios.
-Bueno senhores me tengo que ir .
No os cuento la cara que se le quedò a los invitados, al Lord,al Lorito , al trompa, al cantante y a San Cosme y san Damian.
El caso es que el elefante llamò a un taxi y se fue.
Aquì acaba esta historia, bonita, bonita donde las haya. Que os la creàis o no me importa poco pero tened claro que hay muchas en ella cosas que son verdad.